Bueno, y siguiendo con el tema principal de este
"post", aquí les va la reseña dominguera de costumbre.
Resulta que para este domingo, tanto don José como Quillo, mis dos camaradas habituales de pesca, me comunicaron que no podrían acompañarme, debido diversas razones.
Sin embargo, el buen Panchito si se apuntó y decidimos ir a probar suerte una rato al punto curvinero-robalero.
Quedamos pues al rededor de las 7:00 am, pero al despertarme vi con cierta contrariedad que había aire y, desde la planta alta de mi casa, alcanzaba a oír el ruido que hacían las olas. Mala señal. Casi seguro, marejada y aguas turbias.
Sin embargo, decidí no amilanarme e ir por Panchito y probar suerte.
Llegamos pues a la altura de
Bahamita y vimos que el agua estaba realmente turbia y con olas.
"Ni modo, ya estamos aquí y ahora tenemos que ir hasta allá y probar", dijimos.
Afortunadamente al llegar al lugar, pudimos darnos cuenta de que el agua estaba mejor de lo que habíamos pensado. Había un poco de olas y el aire soplaba con cierta intensidad, pero el agua permanecía lo suficientemente limpia como para darse cuenta de que había buenas posibilidades de atrapar algo.
Empezamos pues a castear. Panchito con un bonito
max rap del tamaño más pequeño que he visto (muy bonito, bastante realista y efectivo, sin duda), y yo con una clásica goma de 3" en arreglo
texas.
Al poco rato de lanzar nuestros señuelos al agua empezaron los ataques, aunque estos eran de peces no muy grandes. Sin embargo, eso bastó para entusiasmarnos y sentir la emoción de poder atrapar algún buen bicho.
Panchito no tardó mucho en sacar el primero, que se trataba de un robalito blanco. Después otro y más tarde otro. Creo que fueron tres o cuatro en total. Todos muy bonitos pero de poca talla, por lo que inmediatamente se regresaron al agua sanos y salvos para que sigan creciendo.
Ya viendo que había actividad, decidimos separarnos un poco y cada quien peinar un lado de la playa.
Tras atrapar unos pequeños jureles (que se regresaron a agua) y hasta un bagre, me encaminé al área que nos ha dado buenas curvinas en otras salidas de pesca. Se trata de un montículo artificial de piedras (matatenas), que se encuentran sumergidas en el agua a escasa distancia de la orilla, pero que se encuentras rodeadas de pozas. Obviamente, los peces pasto se refugian ahí y la actividad depredadora es buena cuando se dan las condiciones.
Lanzando pues, mi goma hacía la parte posterior de las piedras y haciéndola moverse por el fondo, tuve un buen ataque que culminó con una bonita curvina pinta.
Ya para entonces Panchito se encontraba ahí e inmediatamente puso una goma en su línea y empezó a explorar el área.
Unos cuantos tiros más y otra buena curvinita.
Comprobamos pues que ahí andaba el cardumen, por lo que nos dimos a la labor de buscar capturar más. Pero pese al empeño, al final solo obtuvimos un par más, cosa nada decepcionante pues esas capturas bien valían la jornada.
De todas formas seguimos buscándolas y encontramos gran numero de
"pollitos" (jusguitos, zorritas), unas muy grandes, que nos dieron gran diversión y las más grande, contribuyeron para la comida.
De hecho, Panchito logró sacar un "pollito" inusualmente grande. Casi del tamaño de una curvina. Muy buen pollito que ya era gallo.
Yo, por mi parte, logré hacer un enganche buenísimo, de un bicho que jaló con energía y que me saco varias vueltas de línea. No paró por más que ayudé al freno del carrete con el pulgar, y terminó yéndose a la piedra y reventando el
leader con los bordes filosos. Muy seguramente un pargo. Y de buen tamaño. ¡Lástima!
Tiempo después le toco a Panchito. Un muy bonito jalón que le arqueó tremendamente la caña y una corrida de infarto que acabó con la perdida de la captura. Muy emocionante. ¿Que fue? Ni idea. Pero era una buena pieza. ¡Ni modo!, así es esto de la pesca. No'más nos dejó más picados.
Ya la final ambos obtuvimos capturas suficientes como para dar por terminada la jornada y sentirnos satisfechos de pasarnos un buen domingo practicando lo que más nos gusta.
Terminé con dos curvinas, un buen chucumite y cuatro creciditos pollitos.
Panchito terminó casi con lo mismo.
Y así fue la reseña dominguera.
Regresaremos en cuanto se pueda para seguir probando suerte y a ver si encontramos a los robalos grandes.
¡Saludos a todos!